14.2.14

VII

Un lunes metálico, azul y
repetitivo;
pasás de la amarga comodidad
a la nada, y está bueno.

Un viernes luminoso,

la calma de las flores
me espera en mi hogar.

Es que la comodidad tiende al desgaste,
y es en ese preciso lugar, donde la nada 
se vuelve buena.
Y el lunes, muy lunes.

Pero después de transitar,
el deseo apunta a la paz,
y se busca calma; y se la necesita;
y, aunque sea por esta vez, elijo el viernes.

No hay comentarios: